10. VERA Y SU GANCHILLO MÁGICO
Hace algún tiempo, en un bosque de Ourense, Vera conoció a un Hada que le regaló un ganchillo mágico, por su pureza de corazón, con el que tendría un trabajo muy especial que hacer.
Con ese ganchillo tendría que tejer pulseras de vistosos colores, para toda la gente que se cruzara en su camino que no fuese feliz; pues estas pulseras tejidas con ese ganchillo especial hacían que la gente olvidase sus problemas y fuese feliz. Y así Vera, todos los días, teje y teje sin cesar para el mundo poder cambiar.
Por eso, cuando veáis a una niña tejiendo con un ganchillo, no la molestéis, pues quizás sea también mágico y esté trabajando para alguien que lo necesita...
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Hoy es cuando entiendo porqué mi madre siempre que ve un hilo tira de el. Se lo vi hacer cuando nació la menor de mis hermanas. Tiró del cordón umbilical que las unía y lo fue deslizando en una de sus agujas, -en la número catorce- me dijo. Así nos ha ido tejiendo a cada uno de nosotros, con agujas diferentes. Más tarde me confesó su inexperiencia como madre primeriza pues me tejió con un punto raso que no da altura, por eso soy la más baja de todos. Pero mis hermanos están hechos del punto base más importante del ganchillo, la cadeneta, y todo ese entramado laborioso conforma nuestro árbol genealógico; nuestro cuadro de croché familiar. Somos sus cuatro hebras favoritas, aunque ella ahora tiene otra labor importante; tejer a tres colores y a punto diamante para que luzca más el nuevo corazón de papá.
--------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------12. EL DESTINO
Cloe y Diego paseaban por el parque. Cada viernes, después del colegio, Cloe iba a buscar a Diego y se lo llevaba a comer un helado. Era un trato entre niño y niñera. A sus siete años, Diego era tremendamente despierto, curioso, lo que le llevaba a hacerle a Cloe las más inesperadas preguntas. Pero ella siempre le daba una respuesta.
Esa tarde, Diego apenas había dicho nada en todo el paseo. Preguntó:
-Cloe, ¿qué es el destino? Es que en clase la profesora ha dicho que su destino estaba escrito, y no era posible cambiarlo.
-Yo creo que el destino es un tejedor. Está urdiendo una gran labor. Maneja incansablemente sus agujas de ganchillo. La mayor parte del tiempo, el tejido sigue el trazado marcado, pero, a veces, un punto se sale del patrón, y en la vida de alguien acontece una sorpresa, algo inesperado.
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Waouu!
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