Aquí os dejo la penúltima entrada con los textos recibidos para el concurso de microrrelatos. Y ya sabéis que en pocos días estarán en nuestro facebook, para que podáis votarlos :)!!
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46. UNA BUFANDA PARA KOPPEL
Una mañana, durante el desayuno, el viejo Koppel se recostó sobre la mesa y dejó este mundo. No sabemos si se levantó aquel día sólo para morirse, pero sabemos que Eidel, su viuda, halló fotos de otra mujer en su cartera, y sus cartas de amor recientes en su mesa de noche. Se llamaba Zusa. Nunca quiso saber que había alguien, aunque siempre lo supo.
Tras enterarse del fallecimiento, Zusa llamó a Eidel por teléfono. No para darle el pésame, (tampoco para recibirlo), sino porque tenía una bufanda de ganchillo a medio hacer que se había quedado sin destinatario; porque hay algo peor que esa sensación común de que no somos nada: sentir que no somos nadie. Si ninguna persona se enteraba de que alguien había estado tejiendo la bufanda, entonces ese alguien no era nadie.
Eidel hubiera preferido colgar, pero estaba demasiado sorprendida, y se había quedado demasiado sola.
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47. AMOR A GANCHILLO
Ella lo atrajo con una cadeneta. Él le dio unos puntos bajos. Ella le hizo unos puntos altos de relieve tomado por delante. Él cambio el ritmo con un punto alto de relieve tomado por detrás. Ella continuo al punto corrido después de unos trebles dobles y él remató el bodoque dejando el garbanzo en su punto. Con agujetas terminaron juntos bajo el corazón de ganchillo.
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48. EL ORIGEN DEL GANCHILLO
Hace mucho tiempo un escritor decidió escribir su novena novela con su preciada pluma de madera. Félix que así se llamaba, se dispuso a escribir pero sin querer se le cayó la pluma, de modo que al caer contra el suelo se le dobló la punta, quedando ésta inservible, con la forma de un cucharón.
Un día caminando, se percató de que un pescador necesitaba ayuda para crear una red lo suficientemente fuerte como para que aguantase el peso de los peces. Félix sin saber por qué se acercó y tras observar lo que pretendía hacer le regaló su pluma de madera, con la intención de que este pescador pudiese enlazar esas cuerdas, ya que él no podía escribir con ella. De este modo, a través de este gesto tan generoso nació lo que hoy en día se conoce como ganchillo y sus diversas modalidades.
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49. MIENTRAS TEJÍA
Voy al Retiro, es el Día Mundial de Tejer en Público, o algo así.
Me siento en la hierba, coloco mis hilos y empiezo a tejer mientras espero a mis amigas. Cuánta gente!.
De repente viene un chico, con gafas, y una camiseta muy divertida, y me dice:
- Hola, he leído en internet que hacer ganchillo es relajante, ¿es verdad?
- Para mi si, ( y sonrío como una tonta) ( qué guapo)
Hablamos, nos reímos, hasta quiere que le enseñe.. Anda ya! No me vaciles!
Se pasa el rato sin sentir. Se marcha, dejándome su número y una sonrisa en la boca que no puedo borrar.
Llegan mis amigas: Por qué sonries como una boba??
Por nada! . Me han salido unas clases particulares, nivel principiante, ya sabéis..
En serio?? Cuándo ha sido eso??
Hace un rato, mientras tejía….. ( y vuelvo a sonreir)
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